martes, 24 de marzo de 2009

Artículo sobre Recursos Humanos

por: Rafael Pascual. Publicado en Revista Capital (España) Nº93 - Mayo de 2008 -

Los sueldos bajos, la falta de proyección profesional, y la debilidad de los mecanismos de gestión provocan que los directivos abandonen el sector público y emigren a la empresa privada.

Carlos Jiménez estuvo encerrado en su casa un año entero. Pero no le importó. Quería probar las oposiciones a Inspector de Aduanas y, tras mucho esfuerzo lo consiguió. Hoy, las cosas han cambiado para Carlos. La ilusión ha dado paso a la apatía al comprobar como conocidos suyos triunfan en la empresa privada. “Gente menos preparada gana cuatro veces más”, asegura este leonés que cobra unos 40.000 euros al año.

Su caso no es aislado. La administración pública se queda corta para aquel que aspira a obtener algo más que un sueldo de por vida. La dudosa capacidad de la empresa más grande de España para explotar el talento origina que éste huya al sector privado. Además, aquel funcionario que decide dar el salto sabe que siempre podrá regresar al sector público cuando lo necesite. La propia Administración reconoce que “el número de excedencias ha aumentado.” Pero cuando se quiere llegar a datos concretos, la respuesta es sorprendente: “no tenemos los datos porque para conseguirlos habría que pedirlos a todos los ministerios, y eso es muy complicado”.

Aparte de la huida de funcionarios, el Estado tiene otro problema: algunas plazas de empleo público se quedan sin cubrir debido a su escaso atractivo, como las de enfermería, informática y las de ingeniería. Los bajos sueldos no atraen a estos profesionales que, en cambio, alcanzan sus expectativas en el sector privado.Para solucionar esta falta de talento, a la corporación estatal no le ha quedado más remedio que salir en su busca. Así hacen los abogados del Estado, acudiendo a las universidades para explicar a los estudiantes las bondades de trabajar en el sector público.

El problema es que una vez dentro del organigrama público no tardan en emigrar al sector privado. Según las estadísticas públicas, de los 575 abogados del Estado que existen en España, más de 240 ya trabajan en el sector privado. “La Administración está bien para la gente de base cuyos sueldos no difieren demasiado de los del sector privado, pero en cuanto a los altos cargos las diferencias son estratosféricas”, explica Aldo Olcese, Presidente de Fincorp.

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